Provienen del uso de productos cosméticos o procedimientos químicos que alteran el pH, rompen los enlaces disulfuro o modifican la estructura interna de la queratina.
Estas son las principales causas químicas:
1. Tintes y decoloraciones
Los tintes permanentes contienen agentes alcalinizantes como el amoníaco, que elevan el pH del cabello (hasta pH>10) y abren la cutícula para permitir la penetración del colorante.
Los agentes oxidantes como el peróxido de hidrógeno degradan los pigmentos naturales (melanina) y alteran irreversiblemente la queratina.
La oxidación del aminoácido cisteína conduce a la ruptura de los enlaces disulfuro (-S-S), esenciales para la resistencia mecánica del cabello.
Las fibras expuestas a estos tratamientos tan agresivos, presentan una pérdida de la masa proteica, un aumento de la porosidad, fragilidad y una menor resistencia a la tracción.
Causa oxidación y una pérdida de la cohesión a nivel del córtex y alteración de la cutícula.
2. Oxidantes y reductores (alisados químicos y permanentes)
Los tratamientos con tioglicolato de amonio (alisados) y persulfatos (rizados) rompen los enlaces disulfuro para reformarlos en una nueva configuración. Se reduce además la resistencia mecánica.
Este tipo de daño es acumulativo y muy difícil de revertir, donde las fibras resultantes están desestructuradas, con las cutículas quebradizas y con un alto grado de encrespamiento.
Estos procedimiento degradan la capa lipídica, lo que provoca una desnaturalización proteica y pérdida de elasticidad.
3. Tensioactivos agresivos y uso excesivo
Tensioactivos aniónicos como el lauril sulfato de sodio (SLS) o lauril éter sulfato (SLES) eliminan no solo suciedad y los lípidos protectores del cuero cabelludo y del tallo, sino también el film hidrolipídico protector del cabello.
La detergencia excesiva eleva la carga negativa superficial, aumenta el frizz y reduce la cohesión de la cutícula.
El uso frecuente de champús con tensioactivos aniónicos fuertes lleva a una mayor fricción entre fibras, resequedad y pérdida de brillo natural.
4. Alcoholes, fragancias y conservantes
Los alcoholes de cadena corta como el etanol. deshidratan el tallo piloso y aumentan la rigidez.
Las fragancias sintéticas pueden inducir fotosensibilidad, reacciones alérgicas y debilitar la fibra tras la exposición.
Los conservantes como formaldehído, liberadores de formaldehído o isotiazolinonas pueden generar dermatitis de contacto e inflamación peri-folicular, afectando el entorno del crecimiento capilar.
Todos estos compuestos irritan el cuero cabelludo, comprometiendo la función barrera y generando un ambiente comprometido para el folículo.